Simulacion de actividad cerebral

Pasando de ser una incógnita a algo que se quiere replicar, el funcionamiento del cerebro humano siempre ha causado curiosidad.
Pero, ¿Realmente qué se necesitaría para poder simular la actividad cerebral humana?
Para poder contestar esta pregunta hay que agradecerle al silicio (si, al silicio), que ha registrado avances espectaculares en los últimos años, y gracias a él se ha podido crear una de las más rápidas super-computadoras de nuestros tiempos, que lleva por nombre simplemente "K".

La computadora K, llamada así por la palabra japonesa "kei", que significa diez mil billones, haciendo referencia a la cifra de operaciones de coma flotante (floating point como lo conocemos muchos) por segundo que es capaz de ejecutar, es una supercomputadora, producida por la compañía Fujitsu, ubicada en el RIKEN Advanced Institute for Computational Science en la ciudad de Kobe. Cuenta con Linux como sistema operativo, 88,128 procesadores SPARC64 VIIIfx con 8 núcleos por procesador dando un total de 705,024 a 2.0 Ghz. Todo esto instalado en 800 compartimentos.

Teniendo una enorme maquina que puede realizar enormes cálculos y las ganas de recrear la actividad cerebral humana, se hizo una simulación, que utilizó un total de 82,944 procesadores, para crear una red de 1,730 millones de células nerviosas, conectadas a 10.73 billones de sinapsis (en ambos casos virtuales). La simulación, basada en el software open source NEST, tuvo a su disposición cerca de un petabyte de memoria. Y aunque estamos hablando de recursos muy superiores al de nuestras computadoras personales, la simulación sólo llegó a representar el 1% de la red neuronal en el cerebro humano.

Los investigadores dejaron en claro que el objetivo principal no era descubrir nueva información sobre la actividad cerebral, sino que recurrieron a este modelo para poner al prueba tanto las capacidades del entorno de simulación como de la super computadora "K".
Si obedecemos a los números en forma lineal, serían necesarios cien sistemas K para igualar a la red neuronal del cerebro humano, y aún así, habría muchas imprecisiones por corregir. Después de todo, las conexiones de las sinapsis fueron aleatorias declararon algunos cientificos que participaron en el experimento.