Desde hace muchos años, la creación de un auto volador ha llenado la imaginación de las personas, haciéndolas recordar el DeLorean de Back to the Future II y llenando la esperanza de algún día poder conquistar el cielo (de una manera distinta), pues hoy no vengo precisamente a escribirles de un nuevo vehículo que carezca de ruedas, si no, de una cama que flota.
-Voz en el fondo: Entonces, ¿Para qué tanta pinche introducción?
-Yo: Muy buena pregunta y la responderé con una sola palabra: Banana (por no decir huevos).
Regresando a lo que nos atañe (o te truje chencha), el holandés Janjaap Ruijssenaars (creo que lo escribí bien) diseño una cama flotante magnética, capaz de soportar 900 kg, a 40 cm en el aire. Con varios especialistas, el desarrollo e investigación, alcanzó viabilidad después de poco más de 6 años y presenta dos versiones. La más cara la podemos encontrar por 1.2 Millones de euros, pero existe la versión para gente normal (o jodida como yo) que resiste sólo 120 kg y tiene el módico precio de 115,000 euros ( ¬ ¬ Si, esa cara puse).
El principio en el que se basa este diseño es sencillo, utilizando campos magnéticos del mismo signo (si recuerdan ¿no?, signos opuestos se atraen, signos iguales se repelen, o algo así). Bajo esta premisa y tomando en cuenta que los imanes artificiales pierden su magnetismo después de 100 años y los naturales nunca (según Yahoo Answers), no necesitaría ningún tipo de electricidad para permanecer flotando. La cama cuenta con 4 cables (uno en cada esquina), para conservar su posición.
Aunque hay que tener en cuenta que el campo magnético, no será el mejor amigo de nuestros gadgets.
¿Quién se va a poner a ahorrar para comprar una? Podemos cooperarnos y ya leen mi reseña de que me pareció (jojojo). Extrañamente al escribir de está cama, lo último que me pasó por la cabeza fue dormir en ella (if you know what i mean).
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